Vulthoom
Vult

El Durmiente de Ravermos, Gsarthotegga, el Satanás Aihai. Vulthoom adopta el aspecto de un bulbo extraño del que brotan innumerables raíces y de cuyo interior asoma una figura delicada y casi humana. Sin embargo, es muy probable que este solo sea el aspecto con el que se manifiesta, siendo su forma original algo mucho más aterrador y desagradable. Se dice que que su voz es dulce pero potente, adaptada sin duda para poder captar insensatos para aumentar su culto.

Vulthoom llegó exiliado de su mundo natal hace eones, llegando a Marte y portando consigo innumerables flores sedantes y alucinógenas que crecían en su planeta natal.

Pese a que aterrizó a bordo de un transbordador estelar, los entonces primitivos Aihais que poblaban Marte creyeron que la criatura bajaba envuelta en una bola de fuego.

Tentándoles con riquezas y flores alucinógenas, Vulthoom reunió una secta de adoradores entre el pueblo Aihai y estos, tras enfrentarse en guerra civil a aquellos que eran hostiles a la llegada de su nuevo amo, lograron introducir a Vulthoom en la caverna de Ravermos. Allí, Vulthoom y su secta entraron en hibernación durante un milenio y, a su despertar, se mantuvieron otro milenio ocultándose entre las sombras para, nuevamente, iniciar otro largo letargo milenario. Es por eso que el pueblo Aihai acabó olvidándose de Vulthoom, pasando este a formar parte de la cultura popular marciana como un simple demonio o dios mitológico.

Pero, en un futuro remoto, Vulthoom abandonará Ravermos y viajará para instalarse en la Tierra, llevándose consigo sus flores alucinógenas y destruyendo Ignar-Luth, capital de los Aihais, al despegar su nave, pues esta es inmensa y se oculta justo debajo de la ciudad. De hecho, es muy posible que todos los túneles de Ravermos sean en realidad los pasillos del transbordador estelar de Vulthoom.

Vulthoom no es totalmente inmortal, sin embargo, es capaz de mantener su longevidad entrando en una larga hibernación cada mil años. Dicho letargo dura también un milenio, por lo que se mantiene mil años activo y mil años durmiendo. Vulthoom posee una gran inteligencia y avanzada tecnología, y está conectado telepáticamente con las plantas narcóticas que trajo de su mundo. Si Vulthoom lo desea, puede hacer que esas plantas liberen sus esporas alucinógenas para así embriagar a sus futuros siervos o para contener a sus oponentes.

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