Gol-Goroth
Gol

El Dios de la Piedra Negra, el Olvidado, el Señor del Monolito, el Dios Oscuro. La descripción más famosa le describe como un inmenso sapo; sin embargo, Gol-Goroth es un polimorfo, es decir, puede cambiar de forma.

Gol-Goroth fue adorado por hombres primitivos que le veneraban en rituales de gran sadismo en los que sacrificaban víctimas en su honor y le ofrecían esclavos sexuales de los que el dios abusaba para después matarlos. Esto era dirigido por un sumo sacerdote ataviado con una máscara de bestia y portador de un amuleto de jade que representa al dios.

Gol-Goroth también recibía una adoración prominente en Bal-Sagoth, donde era venerado como la divinidad más importante del panteón local. El santuario dedicado a Gol-Goroth era el llamado Templo de las Sombras. Pese a que su culto se acabó extinguiendo, los espíritus de los devotos de Gol-Goroth están condenados a seguir acudiendo cada 24 de Junio a la Piedra Negra, lugar en que antaño veneraron al dios, y allí continúan ofreciéndole sacrificios humanos de procedencia desconocida.

Gol-Goroth ya contaba con una veneración incluso antes de la aparición de los seres humanos y estaba de algún modo relacionado con los Shantaks. Se dice que entonces habitaba en un monumental palacio de piedra negra llamado el Castillo Negro y actuaba más como un rey que como una divinidad. Con el tiempo, ese gran Castillo Negro fue ocultado por la tierra y únicamente se mantuvo visible una de las torres, ahora llamada la Piedra Negra. La primera información clara sobre Gol-Goroth radica en que Abdul Alhazred dedicó una breve sección del Necronomicón a él, señalando la relación entre este dios y el Primigenio Groth-Golka, también adorado en Bal-Sagoth. Fue Friedrich von Junzt quien, mucho después, popularizó en cierto modo la figura de Gol-Goroth con su obra Unaussprechlichen Kulten, pues se refirió con frecuencia a la Piedra Negra que es, a todas luces, un santuario de Gol-Goroth.

A diferencia de lo ocurrido con muchos otros Primigenios, no fueron los Dioses Arquetípicos quienes sellaron a Gol-Goroth, sino el ejército turco. Estos lograron acorralar a Gol-Goroth en el interior de un túnel que resultó ser una de las alas enterradas del Castillo Negro, y allí lo atacaron hasta matarlo. Sin embargo, dada su naturaleza divina, lo único que lograron fue destruir el cuerpo de Gol-Goroth, por lo que su alma aún vaga por los lugares en los que fue venerado. Allí, los espíritus condenados de quienes le juraron lealtad le ofrecen sacrificios humanos. De este modo le dan fuerzas con el fin de que, algún día, Gol-Goroth logre al fin recrear su forma corpórea y pueda vengarse de la humanidad.

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